A mí me pica (Bailar la Conga)
No sé si a ustedes, pero a mí me pica. Me pica, me pica mucho y no puedo hacer nada porque, aunque el libro diga que soy parte importante del Estado, la realidad me escupe lo contrario.
¿Qué pasó con Conga? Hubo aciertos, pero sobre todo hubo desaciertos. Y ahora, al final de la línea, vemos cómo una empresa irresponsable y prepotente se sale con la suya.
No, no me malentiendan. Soy de esos locos que sí buscan el término medio, la concertación, la democracia imperfecta pero inevitable. Habiéndolo dicho, cabe aclarar que me opongo a Conga no por arraigados dogmas ideológicos, ni por oscuros sueños de lucha anti sistema, sino por el simple y muchas veces ignorado hecho de que se trata de Newmont, una empresa (aunque, con la cantidad de capital que maneja, debería ser llama "súper empresa", en el peor sentido del adjetivo) que debió haber sido expulsada del país hace mucho, por haber contaminado irremediablemente a nosotros, los peruanos, nosotros que mucho importamos en el papel, pero en la realidad no somos más que un número, que una variable en el gráfico de un poderoso y chantejeador CEO.
¿Qué tiene la empresa Newmont en su "impecable" récord? Muchos pulmones destrozados y un pueblo que la odia, Choropampa.
Sirva esto de exordio para lo que hoy les traigo: dos videos que, en el mejor de los casos, abrirán sus ojos, y es que el Perú (más claramente, el gobierno peruano) es aún un país de desmemoriados, de borrones y cuentas nuevas que no hacen más que alimentar un continuismo deletéreo. ¿Hasta cuándo, hermanos míos? ¿Hasta cuándo el masoquismo?
1) Un reportaje que sorprendió a todos. Por primera vez, un periodista se atrevía, en televisión nacional (programa "Punto Final", conducido por Nicolás "También viene..." Lúcar), a criticar certeramente el proyecto minero Conga, basándose para esto en los dudosos antecedentes de la minera a cargo de su ejecución. Imperdible.
2) Una dosis audiovisual de memorex, o de cómo Yanacocha (léase Newmont) envenenó a nuestros hermanos en pos del oro.